Imaginar no es siempre visualizar, aunque viendo con los ojos abiertos uno puede imaginar. Al llegar a una ruina, donde los antiguos vivieron y construyeron sus tumbas, sus templos y escuelas en el lugar. De lo que hoy queda, lo que falta se completa. Esa capacidad de creacion sobre lo que ya no esta, que alguna vez estuvo en algun inconciente y quizas desparramado en las piedras que de otra forma no serian mas que geografia. La fantasia varia segun quien la ejecute, algunos ven los paisajes llenos y otro solo escuchan la narracion. Cerrando los ojos, el sujeto se puede encontrar enfrente o fuera de foco, en un marco tercero en donde no hay detalles a menos que uno ponga la antencion en cada parte, pero que si se mira de costado la imagen va cambiando a cada momento como sintonizando esa memoria que quedo en algun lado del espacio y solo hace falta apuntar bien la antena. Yo, en cambio, hago el ejercicio contrario sacando lo que hay en busca de lo que es. Borrar lo que ellos y nosotros pisamos para ver el relieve que lleva la marca de lo que alguna vez vieron por primera vez. Entonces podre entender la cautivacion que llevo a nombrar ese el centro y desplazar de otro lado para elevar ahi.