El bosque está silencioso, se siente la brisa correr entre los troncos altos de los árboles y las copas frondosas se sacuden involuntariamente sobre un compás ligero y vibrante que deja caer hojas verdes de a una para ser llevadas por el aire en una orquesta constante. Suspiros en forma de eco se escuchan desde lejos, una voz temblorosa lleva el mensaje de entendimiento de los ancestros y da besos en las manos de quienes estén a su paso. El conocimiento de la Tierra es transmitido en los temblores de las raíces y concentrado en el agua, con el tiempo este se desplazará en los arroyos y se nutrirá de la madre para en el valle ser bebido y difundido. Allá en las tierras bajas, las guitarras llevan la memoria y comunican lo aprendido dando la información de cooperación y fortaleza.

14/04/2017