Todo en el comienzo, es eterno e instantáneo. Solo uno es todo, no hay división, es infinito. En el mismo instante, se estremece y se vuelve realidad. La fuerza lleva al movimiento y a la bifurcación. Actúa a cada nivel sin mas que encontrarse. No deja nada sin hacer. Al unirse, el cambio se vuelve lento. Tarda en adaptarse al eterno descubrimiento. Dada la oportunidad, espera. Espera un poco mas, observa y vuelve a esperar. No hay progreso donde no hay un plan. El empuje es desde atrás. Ni en bajada ni en la cuesta, se pone a pensar. Ya sabe lo que va a pasar. Su indiferencia no es apatía. Mas bien se necesita de coraje para ser vida.

09/11/2020