En una tarde incompresible vi el sol brillar por la ventana, sus rayos a tres bancos de mi reflejaban luces opacas como mirando un espejo por la espalda, se vestía de un juego antiguo innovando en sensaciones femeninas. Yo siendo observador de un baile árabe de palabras extranjeras, siento la complicidad con el mago blanco. ¿Dos besos? Ya no recuerdo la brisa fresca sobre mis labios, viajo a la velocidad de dos ruedas para sentarme atrás y ella es todo orejas.

30/05/2018