Del doble gío nació un animáculo
los puntitos en el cielo
se acercaron alejando los
ojos, creando la nariz.
Los de narices grandotas miran
para arriba, las montañas y las
estrellas. Son inmóviles como piedras,
pero aún así se mueven.
Aquellos que se mueven más rápidos
y pierden el valor para volver al
mismo lugar donde empezaron
descubren, en términos relativos,
que lo demás es lo que lleva la
delantera en la carrera de velocidad.
Los pocos que heredaron o hicieron este
estilo de vida, tienen el privilegio
de vivir en el entre, entre las capas,
aprecia con seguridad la vasta
diferencia y a la vez compleja
caótica frontera, que se mezcla
y sus costumbres se vuelven
irracionales.
13/05/2019